Latinocracia Homenaje a María Elena Walsh
Programa 4
Ciclo de trece entregas: vida y obra
Una vida dedicada a la literatura, a la música, con incursiones en el periodismo, en la conducción de ciclos televisivos y radiales; con la actuación en múltiples escenarios ya que ella misma era la primera en dar a conocer sus propias obras.
“Paralelamente, hacia 1954, en aquel ambiente de “varietés” donde alternaba con genios de la canción poética como Georges Brassens, Jacques Brel o Barbara, María Elena Walsh comenzó a escribir sus primeros poemas “para niños”, que musicalizaba casi naturalmente. El lirismo, la perfección rítmica de estas primeras canciones (que reuniría años más tarde en el libro Tutú Marambá) son los mismos de Otoño imperdonable. Pero las nuevas lecciones del folclore están en ellos –el sentido del juego, su tendencia al humor absurdo–, y por eso mismo parecen nacidos para quedar, como lo están hoy, en la memoria popular.
“1948 – Recibiendo a Juan Ramón Jiménez
“En otro aspecto, como ninguna otra obra en castellano, las canciones infantiles de María Elena Walsh remiten al recuerdo de las nursery rhymes y de los limericks, esos poemas disparatados que su padre, Don Enrique, le cantaba aun antes de que María Elena aprendiera a leer. Un signo, quizá, de la nostalgia que en 1956 decidió a Leda y María a volver a la Argentina.
“Después de unos meses de viaje, actuación y recopilación de canciones por las provincias del NOA, Leda y María se instalaron en Buenos Aires, actuaron en teatro y televisión y grabaron sus tres mejores discos, el último un perpetuo best seller dedicado al folclore español: Canciones del tiempo de Maricastaña. Al mismo tiempo, verificaban que iba cerrándose un ciclo, y empezaron cada una a buscarse otros trabajos.”
(Párrafos de la Biografía Oficial, de la Fundación María Elena Walsh)
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