Mundo Bayer, capítulo 2
Vida y obra de un imprescindible
Bayer forma parte de esa vieja guardia de periodistas criados al calor de la reverencia a la profesión a la vez que en el convencimiento de la tarea social intransferible que se lleva adelante cuando en verdad se hace periodismo. Uno lo imagina sentado a la maquina de escribir, escribiendo todo lo que pudo desagregar de horas y horas de investigación, siempre en apego a datos corroborables.
La comunicación como una suerte de misión sagrada en la búsqueda de la verdad y ese cotejo que tiende a desaparecer, que es el de las redacciones. Allí había posiciones a veces enfrentadas, mientras la paleta de matices se fortalecía en la construcción de perspectivas diferentes. Te hablo de un deber ser que no se cuestionaba sino que se practicaba como forma irrenunciable del acercamiento a los hechos.
En tiempos de medios hegemónicos entregados a las multimillonarias pautas publicitarias, con ejércitos de personas a las que livianamente llamamos periodistas, adocenadas y a críticas (en el sentido profundo), la foto que intento compartir se va al blanco y negro. Eso no es malo, por el contrario debe servir para no perder de vista el sendero al que volver, el periodismo con todas las letras.
“Osvaldo Jorge Bayer (Santa Fe, 18 de febrero de 1927 – Buenos Aires, 24 de diciembre de 2018) fue un historiador, escritor, periodista, filósofo, pensador, intelectual, profesor, gremialista, militante político y activista por los derechos humanos, un anarquista argentino. Vivió en Buenos Aires, pero también tuvo domicilio en Berlín, donde se exilió antes de la última dictadura militar de Argentina (1976-1983).
“Biografía
“Bayer se autodenominaba «un anarquista y pacifista a ultranza». Solía contar que al hacer el servicio militar obligatorio se negó a ir a la instrucción militar, por lo que fue destinado a barrer y encerar pisos de los despachos de los oficiales durante dieciocho meses. De 1952 a 1956 estudió Historia en la Universidad de Hamburgo, y de regreso a la Argentina se dedicó a la historia, al periodismo, al sindicalismo, a la investigación de la historia de la Argentina, a la literatura y a escribir guiones cinematográficos. Trabajó en los diarios Noticias Gráficas, en el Esquel, de la ciudad homónima de la Patagonia, y en Clarín, donde fue secretario de redacción.
“En 1958 fundó La Chispa, periódico al que él mismo denominó como “el primero independiente de la Patagonia”. Un año después, fue acusado de difundir información estratégica en un punto fronterizo, y fue obligado por la Gendarmería, a punta de pistola, a abandonar Esquel. Luego, de 1959 a 1962, fue secretario general del Sindicato de Prensa.
“Durante la tercera presidencia de Juan Domingo Perón y durante la presidencia de María Estela Martínez de Perón, Bayer fue censurado, amenazado y perseguido debido a sus obras, sobre todo por su libro Los vengadores de la Patagonia trágica, por la Triple A, dirigida por José López Rega. Esto motivó su exilio en Berlín Oeste desde 1975, y hasta la caída de la posterior dictadura militar en 1983.
“Entre sus libros, obras, trabajos y ensayos más importantes y relevantes están Los vengadores de la Patagonia trágica, Los anarquistas expropiadores y otros ensayos, Fútbol argentino (un guion homónimo del historiador que posteriormente fue editado en libro), Rebeldía y esperanza, Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia y la novela Rainer y Minou.
“Trabajó también en el diario Página 12, fundado por Jorge Lanata.
“Fue autor y uno de los guionistas de la película La Patagonia rebelde, film basado en el ya citado Los vengadores de la Patagonia trágica, la cual fue dirigida por Héctor Olivera y ganó el Oso de Plata en la Berlinale de 1974. En 2000, apareció como actor en el filme Ángel, la diva y yo.
“En 2008 escribió el guion y libro cinematográfico del filme Awka Liwen junto a Mariano Aiello y Kristina Hille. El largometraje es la historia de la pugna por la distribución de la riqueza en Argentina, a partir del despojo de las tierras y el ganado cimarrón a los pueblos originarios y al gaucho. Para ello se desarrolló una cultura de racismo que aún perdura en el siglo XXI. El film fue declarado de Interés nacional por la Presidencia de la Nación Argentina. El preestreno de la obra se realizó en noviembre de 2009 en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires.
“El estreno de la película se realizó en el tradicional cine Gaumont de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, al que acudieron aproximadamente 3000 personas (dos cuadras de cola en las calles); también obtuvo muy buenas críticas en medios argentinos y del exterior. El documental obtuvo el primer premio en la categoría oficial argentina en el Primer Festival Internacional de Cine Político, el Primer Premio en la Categoría Documental Internacional en el Sexto Festival de Video de Imperia (Italia), patrocinado por la Unesco, y también fue seleccionado oficialmente en otros muchos festivales de cine. Los nietos del ministro de economía de la dictadura de la desaparición de personas, José Alfredo y Alejandro Martínez de Hoz, iniciaron un juicio contra él, Felipe Pigna y Mariano Aiello por dicho film, lo cual motivó la realización del documental Martínez de Hoz”.
(continuará)
Mundo Bayer, capítulo 2