14 de octubre del 2019
Sr. Presidente de PSA Argentina:
Escribí el cuento que transcribo contando el trágico final del purificador donado a “la salita” de salud grutense, a fin de solicitarle una rebaja en la compra de otro. Este era el grandote, doble, ahora le solicito uno más económico… Mi hermana, Graciela Raquel Briones, distribuidora de la firma lo retirará y vendrá a instalarlo personalmente. ¿Hay posibilidad de cubrirle los viáticos? Y lo mejor sería planificar una entrega formal, con entrevistas de diferentes medios a fin de hacer conocer la terrible problemática de la calidad del agua que tenemos. Para evitar otra vez tanta desidia, esta donación la haré mediante la Junta Vecinal del Barrio Golfo Azul (que integro y por estar esta salita en nuestro ejido), a la Cooperadora del Hospital. Porque nada mejor que nuestras organizaciones populares para verificar qué hacen los funcionarios
Pero además quisiera saber si existen filtros para lo que abastece una ciudad directamente.
Porque hace tiempo imaginé una peli del tema… Para no confundirlo con vueltas, le saludo atte.
Lucía Isabel Briones Costa
DNI: 6.716.006
La Lobería 305, Las Grutas
Celu: 299-15-4062518
Mail: luciaisabelbrionescosta@gmail.com
Face: Lucia Isabel Briones Costa
Agua que no has de beber, déjala correr
Hace tres años doné el mejor purificador de agua marca PSA al centro periférico de salud, “la salita” que está frente a La Anónima y a unas dos cuadras de la terminal. Fue un gesto de agradecimiento a la excelente atención del dr Ghete y a todo el personal que me atendió entonces… Hace años le compré a mi hermana el primer purificador… Cuando los que se enfermaron fueron mis dos perros, El Churry y Manchita, y Pitágoras, mi gato, entonces vino El Colo, nuestro kerido veterinario a la consulta domiciliaria porque a Manchita es imposible llevarla a la veterinaria y a los gatos menos. El único santito siempre fue El Churry. La última vez, cuando Manchita tiró una inmensa bolsa de alimento perruno y ya se había masticado los huesos que tenía para la venta. Mientras yo le pagaba al veterinario, diciéndole que sumara los gastos ocasionados por mi perraza callejera sorda o autista. Manchita salió corriendo y yo sabía que encontraría el camino a casa sin problema…
Cuando tuvieron infección renal las mascotas, además de darle la medicación de antibióticos y no sé qué más, intenté saber la causa…
-¿Qué agua les das?- me preguntó mi hermana.
-De la canilla por supuesto.
-Vos sabés la porquería que es… Aguas abajo… Recorrió un largo camino antes… De las límpidas aguas del deshielo, pasó por los derrames petroleros, los pesticidas de los productores, la contaminación de las napas con el gas of shore, los desagües cloacales de vaya a saber cuántos pueblos y ciudades… ¿Y vos creés que es como la que salió de las nieves en el deshielo? Por favor, hermana. Si no podés cuidar tus animalitos, no los tengas. ¿Para qué te vendí un purificador?
-Cada vez que te escucho me parece oír las palabras del Anciano Venerable, como lo bautizara alguno de mis hermanos… ¿Y los que tienen guita compran un buen purificador o un botellón de agua envasada, y los que no que se jodan, digamos?
-Estás un poco exaltada hermanita. ¿Por qué no respirás aire puro y meditás… Vos ya sabés que logra serenarte. Tres respiraciones hacen milagros…-.
Le compré el mejor purificador para donarlo a la salita. Creí que sería algo simple…
Durante más de un año estuve insistiendo con el tramiterío… Pero resulta que para instalarlo debía tener previamente la autorización del director que era entonces el psicólogo Alejandro.
No habrá tenido tiempo para reunirse con el intendente o las autoridades provinciales de salud para avanzar en la construcción en ese espacio privilegiado eran los chistes de los vecinos acostumbrados a ver cómo en menos de seis meses se levantan las viviendas para el turismo.
Finalmente ese terreno regresó al municipio sanantoniense.
Por haber tenido mis discrepancias con dicho profesional cuando me negara la indispensable atención psicológica a la que tenía derecho, como expresé en varias notas en el libro de quejas cuando llegué hace 15 años con una carpeta de estudios psikiátricos, psicológicos y neurológicos por stress gravísimo y una jubilación por invalidez…
Las pocas veces que fui al hospital luego del más absoluto ninguneo, comprobé las carencias de nuestro hospital. Siempre me pregunté cuánto aportamos de nuestros impuestos… Cuántos gobiernos pasaron, cuántas campañas políticas. Pero el aparato de rayos x al que en algún momento le saqué una foto, parecía un venerable dinosaurio, cuando pregunté su edad era del año 1952, es decir cuando murió Evita. En la sala de guardia apenas unas cortinitas separan las camas, suponía la posibilidad de esas raras infecciones hospitalarias con los virus y bacterias pasando de uno a otro paciente. Daba para filmar escenas como en la película “Mash”, del hospital de campaña en la guerra de Vietnam que ignoro cómo fue que entonces cuando vi esa peli, antes de la dictadura, me causara tanta gracia… Ahora sólo me brota la indignación en llamaradas.
Hasta que pudiera ser instalado en la salita lo usé en mi casa, para probarlo porque no era un trámite instantáneo como había supuesto…. Necesitaba la autorización de las autoridades. Era cuando hubo un tiempo de lucha del personal hospitalario solicitando el cambio del director. Cuando se logró, el año pasado, le solicité a Rossana Tomassini, la presidenta de nuestra Junta Vecinal del Barrio Golfo Azul de Las Grutas si podía llevarlo a la salita del CAP porque está en nuestro ejido. Para instalarlo se necesitaba la autorización explícita de la nueva directora, solicitarle audiencia y…
En una reunión con las juntas vecinales, la directora dio la autorización. Pero resulta que no podía ser instalado por cualquiera. Debía ser autorizado por la empresa PSA. Busqué entonces quién tenía la representación local: Mariana, la sra de Gómez, el dueño del kiosco Bahía, al lado de la farmacia Telechea, frente al consultorio del dr Molina. Durante más de un año fui a solicitarlo. Que sí, que luego, que después…
Fui el jueves luego de mi sesión de terapia… Cuando supe que a quienes estaban en el acampe (los okupas de las tomas) los policías les impedían salir a tomar agua, comer, estudiar y trabajar por órdenes de la superioridad… Y que sólo Fernando, de la Junta Vecinal de ese barrio e integrante de la comunidad mapuche, había logrado que les pasaran una manguera para poder tomar agua… Que ya había quiénes tenían cólicos.
-¿Instaló su señora el purificador?-.
-Lo ignoro-.
-¿Puede preguntarle?-.
-Está ocupada-.
-¿Me puede pasar su número así la llamo yo?-.
-No-.
Me saltó la chiripioka y me exalté con el sr Gómez, el esposo de la representante de la empresa local en Las Grutas. Le había comprado cigarrillos, el diario y para tomar una botellita de Gatorade. Cuando le fui a pagar con tarjeta fue el problema.
-No funciona el posnet, me dijo-.
-Qué raro… ¿Y por qué no usa ese aparatito para el celu que tienen en otros negocios?¿Cómo hace cuando vienen los de Rentas? ¿O su negocio tiene coronita?-.
Me sacó escarpiendo. No había testigos… Miré el cartelito de que en ese negocio nos están junando y me fui.
El problemón fue el sábado. Había estado todo bien hasta que fui otra vez al negocio.
Como estaba el taxi esperándome, entré rápido a comprar mis cigarrillos. Benson, caros, que es mi método para bajar la cantidad. Lo fui logrando poco a poco.
Saludé a Tere, nuestra profe del taller literario. Mariana me dijo que haría la denuncia a la policía… Por hacer kilombo en su negocio supongo… Así que regresé a retomar mi paz con reiki a distancia… Porque si el sr Macri y Pichetto quieren pasar las topadoras a las villas me entró pánico por la situación local… ¿Serán muchos los que kieran hacer turismo akí? Las Grutas es un balneario privilegiado, el segundo de Sudamérica, pero con 33 basureros clandestinos y varios acampes “tomas” con aire de villas miserias por la absoluta inoperancia de las autoridades en solucionar los problemas con eficiencia y premura. Pero mientras se ha dejado que durante añares fueran okupando los ricos para construir sus bellos chalets quiénes tienen camionetas 4×4 y no han garpado un solo sope en impuestos… En Las Coloradas, El Sótano, El Buque, El Faro, Bahía Creek… Con tecnología alternativa carísima, absolutamente inalcanzable para kienes hemos trabajado y aportamos nuestros impuestos. Porque ya sabemos que el impuesto más regresivo es el IVA que pagamos todos. En cambio los temas del valor de la tierra y la edificación en ella, parece hecho para que haya unos con mucho y muchos sin nada. En El Cruce, okupas ricos y ligados al poder municipal y /o provincial y nacional. Yendo a Sierra Grande hay miles de hectáreas de Lewis, con aeropuerto propio, frente al mar. ¿Y?
Y el derecho al agua no se le debe negar a nadie. ¿Y la calidad del agua? Kienes podemos comprar un purificador carísimo o comprar los botellones. Y los que no, que se jodan.
Que era imposible instalarlo, que estaba mugriento y deteriorado… Y además vencido. Yo me exalté, es la verdad. Claro, durante más de un año no pudieron hacerlo… Se nota… Porque la representante de PSA vive a unas cuadras del CAP…
El tema es el negoción de la venta de agua de la envasadora local que usa un simple purificador PSA… Es decir que mientras alguien mira la tele, la compu o su celu, se llena solito el botellón y negocio redondo… Al hacer el ruidito que ya está, un gesto.
-Che pibe, poné otro botellón. Y plin caja… Así me lo contaron. entonces…
Pero además está el tema del mural de Páez Vilaró de la ex delegación municipal grutense. Yo vi el video del ex intendente Iud con Marina sacando la fantochada de la truchez con pared y todo… Filmado para la gilada… Yo se lo dije a Mariana…
Cuando vinieron los muralistas pude hablar con ellos de ese tema… Incluso con Candia, nuestro gran muralista rionegrino… Que habrá algún artista plástico que sepa demostrar ese afano al patrimonio cultural grutense, pero también provincial y nacional porque justamente Páez Vilaró era uruguayo y con prestigio internacional y sus murales deben tener seguramente cotización en dólares. Eso lo explicité en un recurso de amparo que saqué en agosto del año 2011 más o menos. Allí exigía que los responsables de destruir el patrimonio cultural grutense deberían hacerse cargo con su propio patrimonio por incumplimiento de sus deberes de funcionario público. Y que allí debería construirse un Museo de Títeres en honor a quiénes durante tantos años recorrieron con su arte iluminando las sonrisas de los niños y sus padres. Inclusive alguna vez vi por la tele la maqueta que estaría en el Museo de Arquitectura del edificio que era una gran ballena traslúcida ideal para ese museo local de títeres. Pero como el terreno se lo vendieron al sindicato de los petroleros ejecutivos de Patagonia y La Pampa cada año va creciendo más la infame torre destinada a que no kede nada más que recuerdo de nuestras bellas grutas, patrimonio natural, destinado a construir en el futuro unas grutas truchas de cemento. Como le pasó a Tandil que no supo cuidar su piedra movediza. Porque el otro año, otro recurso de amparo ambientalista de la comunidad local, también fue rechazado.
Por supuesto no pasó nada más que el tiempo.
Columnista invitada
Lucía Isabel Briones Costa
“Mi pecado fue terrible: quise llenar de estrellas el corazón de los hombres” decía el poeta… Desde los lejanos años de estudiante del profesorado en Historia en la Universidad Nacional del Sur, dediqué mi vida a la educación. En los tiempos previos a la dictadura de 1976 enseñaba en una vieja aula de la Facultad de Agronomía el bachillerato de adultos, tarea compartida con los compañeros, casi todos presos políticos después en Bahía Blanca. Cuando era rector Remus Tetu se hizo una razzia contra docentes, no docentes y estudiantes, especialmente contra los alumnos de Humanidades, Sociología y Economía. Estaba terminando mi carrera, cursando las últimas materias cuando fui detenida y puesta a disposición del PEN, el Poder Ejecutivo de la Nación, durante tres años y tres meses, hasta diciembre de 1978. Estuve en las cárceles de Villa Floresta, Olmos, Devoto y los tres últimos meses en la U20, la cárcel dentro del Hospital Borda, donde un prolijo tratamiento con drogas psiquiátricas hizo borrar totalmente mi memoria. Así me dejaron en libertad, diciéndole a mi padre: “Su hija es irrecuperable, será un vegetal hasta el día de su muerte. Que Dios les de la Santa Resignación”. Gracias a haber encontrado la ayuda adecuada pude recuperar, poco a poco, la razón perdida. Y me fui a La Pampa, donde fui docente de escuelas primarias y secundarias en la pequeña localidad de 25 de Mayo y en el Terciario de Formación Docente de Catriel, Río Negro. Recién en 1997, pude terminar mi profesorado en la Universidad del Comahue, para cuando mis compañeras de promoción de la Universidad del Sur ya estaban por jubilarse. Luego comencé la maestría en Historia Latinoamericana de los siglos XIX y XX, la cual se interrumpió cuando la Universidad no podía pagar a los docentes, varios doctores en Historia. En ese tiempo de docente rural comencé a escribir narrativa, tarea que continué al jubilarme en el bello mar de Las Grutas, en Río Negro. Seguí escribiendo con la alegría de dar un legado en su educación a mis hijas: la mayor psicóloga y la menor, maestra y profesora de Historia, ambas egresadas también de la Universidad del Comahue.