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Latinocracia Homenaje a Atahualpa Yupanqui
Programa 5
Ciclo de trece entregas
Imaginá un hombre que se siente ganado por el deseo de dar visibilidad a todo aquello con lo que siempre convivió y que lo conformaba como tal. Dar a conocer ese intercambio sin igual que surgía a la vera de los fogones. Canción sobre canción, hilvanadas en el transcurso de noches eternas entre paisanos.
En aquellas primeras décadas del siglo pasado, todo era muy diferente a esta realidad de alta tecnología, teléfonos celulares, televisión a la mano. Los tiempos los daba la luz solar y las sacrificadas tareas del campo. Ese era el marco de creación (o recreación, relevamiento, búsqueda) del cantor popular.
Se medían en lugares a los que todavía no accedían las mujeres (“las chinas”). Lo hacían compartiendo la guitarra y compitiendo para ver quién era capaz de sacarle los mejores sonidos a tan noble instrumento. Unas detrás de otras, cada canción iba armando la gran empalizada que hoy conforma nuestro folclore.
“El 19 de abril de 1936 nació en Buenos Aires su hija Lila Amancay; luego su esposa contrajo tuberculosis y la internó en el Centro de Tuberculosis de Cosquín (Córdoba), donde estuvo dos meses. A pesar de la corta internación Yupanqui envió a Alma, su hija mayor, con sus primas en Casilda, Santa Fe, a Atahualpa con su abuela Higinia en Junín, y a Lila Amancay con su hermana Carmen, también en Junín, donde permanecieron varios años. En diciembre de 1937 Atahualpa Yupanqui abandonó a su esposa e hijos, que pocas veces volvieron a verlo.
“Aproximadamente en 1938 estando en Mendoza a Atahualpa Yupanqui le informaron que ganó un concurso Literario de la Entidad de Bellas Artes de Tucumán con “Canción de la zafra”, y el dinero recibido le permitió viajar a Chile. En 1940 se editó “Piedra sola”, su primer libro. En 1941 realizó grabaciones para el sello Odeón Argentina, y en 1942 para Víctor Argentina (luego RCA Víctor).
“En 1942, en una peña de Tucumán, Atahualpa Yupanqui conoció a Nenette (Antonieta Paula Pépin Fitzpatrich), una franco canadiense nacida en la Isla de Saint Pierre et Miquelon el mismo año que él. Se enamoraron, convivieron desde 1946, tuvieron un hijo, Roberto Héctor, “el Kolla”, y se casaron en 1979. Ella era concertista de piano y compuso la música de varios temas conocidos, como “Indiecito dormido”, “Luna tucumana”, “El arriero”, “El alazán”, y “Chacarera de las piedras”. Es autora de cuarenta composiciones, firmadas como Paula Pepin o con el seudónimo Pablo del Cerro.
“En 1944, durante otra incursión por las provincias del noroeste Atahualpa Yupanqui creó “El arriero”. En 1946 debió abandonar Raco, episodio que dio origen a sus sentidas zambas “Adiós Tucumán” y “La añera” para instalarse en Cerro Colorado, Córdoba, año en que se casa con Nenette y nace su hijo Roberto.
“En 1947 Atahualpa Yupanqui publicó su novela “Cerro Bayo” que luego se usó como guión para la película “Horizontes de Piedra”, con música y papel protagónico del propio Yupanqui. Este film obtuvo el Primer Premio en el Festival de Cine Karlovy Vary de Checoslovaquia en 1956 a la mejor película y a la mejor música. Fue filmada en Tilcara con la dirección de Román Viñoly Barreto y la participación de Mario Lozano, Julia Sandoval, Enrique Fava y Milagros de la Vega. El texto que le dio origen fue traducido al francés, al holandés y al japonés”.
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Programa 5
Ciclo de trece entregas
Ilustración: Germán Alvarez / Texto encomillado: retazos biográficos de diversos autores