Tiene que ver con todo lo que fuimos, quienes caímos rendidos ante la seducción de los personajes de García Ferré. Éramos culillitos y culillitas y nos alegraban esas historias en las que, aún en esas edades, advertíamos de una inocencia que más ganas daba aún de verla. Era una historieta para aquellos niños que fuimos.
La sensación de pertenencia en la vida parte del amor, como mínimo. Los niños se prodigan y abren el corazón casi inmediatamente frente a la franqueza plácida de una sonrisa. Pero si la historia parece escrita para vos, y ya no importa la edad que tengas, estás convocado/a a la fiesta del encuentro entre pares. Bienvenida aventura.
Incluso saber que era nuestra, doblada por excelentes actores argentinos, también se tomaba como ventaja comparativa. Nos hablaban de cerca los personajes y con el español argentino de nuestra pertenencia. Eran muchas las bondades, sumadas a la paleta de estereotipos cincelados por el genio creativo de García Ferré.
“Manuel Garcia Ferré nació en Almería, España, el 8 de octubre de 1929. Llegó a la Argentina cuando tenía 17 años. Comenzó a trabajar en agencias de publicidad y a recorrer redacciones hasta que su personaje, el pollito Pío Pío, apareció en las páginas de la Revista Billiken.
“Mientras al chico le des imaginación, le des aventura y le des personajes buenos y malos… El chico en esencia es bueno, es travieso, pícaro, lo que pasa es que los mayores les informamos con otro método. Y creemos que son más inteligentes, porque les damos mucha más información, pero eso no quiere decir que estén maduros. El chico tiene los mismos móviles siempre: la ambición, el querer, el poseer, el coleccionar… Los móviles de aventuras, de imaginación, de deseos, son los mismos”, Manuel García Ferré.
“Tamara Accorinti es magister en Sociología de la Cultura y licenciada en Artes, docente universitaria e investigadora. Participó del programa Investiga Cultura del Ministerio de Cultura de la Nación con la tesis Infancia e Industria Cultural en la producción de Manuel García Ferré, y es autora del libro Manuel García Ferré.
“Como docente se desempeña principalmente en el área de la semiótica y la estética de las artes audiovisuales. Como investigadora se dedica al análisis audiovisual de la animación para la infancia. Es profesora titular de Producción Audiovisual para la Niñez y Juventud en la carrera de Diseño de Imagen y Sonido de la Universidad de Buenos Aires (UBA), de Semiótica Audiovisual en el departamento de las Artes Multimediales de la Universidad Nacional de las Artes y profesora adjunta de Semiología y de Semiótica del Cine en la Universidad del Cine. Entre sus publicaciones se destacan Infancia, sexualidad y norma en Si Muero antes de Despertar (Carlos Hugo Cristhensen, 1952), Intersecciones entre la comedia musical y el melodrama en el cine de animación, Cine de animación e infancia en Argentina durante la primera mitad de la década de 1970.
“Fijate lo que dijo acerca de la producción fílmica del historietista, sus personajes más representativos, la trascendencia en el tiempo y el legado de García Ferré para las nuevas generaciones de niños y niñas.
“¿Qué te motivó a investigar la obra de Manuel García Ferré?
“-Estudié en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). En el 2013 iniciaba mi tesis de maestría de Sociología de la Cultura en el IDAES y trabajaba, desde hacía un tiempo, en análisis de contenidos audiovisuales para las infancias y, como docente universitaria, me desempeñaba en el campo de la semiótica. Observé una vacancia, tanto en la teoría como en el campo de las historias de estudios, que se dediquen a pensar el cine y el audiovisual en general, destinados a niños y niñas. Pensé en García Ferré, aquel director y productor español, que residía desde su adolescencia en Argentina y que había creado un montón de personajes como Anteojito, Hijitus, la bruja Cachavacha, Larguirucho, Neurus y muchos otros, que habían poblado la infancia de varias generaciones.
“En esa época, en los medios de comunicación hegemónicos, se generaba una falsa dicotomía entre dibujos animados que denominaban ideológicos, como Zamba de Paka Paka de otros que, aparentemente, no lo eran, como Hijitus, que se volvía a pasar en retransmisión por canal 13. Esto me motivo a investigar sobre cuál o cuáles eran las imágenes de la infancia que se construía en la década del ’70. Me adentré en el análisis semiótico de las películas de García Ferré para, desde allí, vincular las mismas con otros textos que hablaban sobre la infancia durante aquellos años”.
“Bruja Cachavacha: una bruja siempre acompañada por su mascota, un búho al que llama “pajarraco”. Sobrevuelan la ciudad de Trulalá en una escoba, asociada con el Profesor Neurus en contra de Hijitus”.
Las Aventuras de Hijitus: Kechum vs. Boxitracio
(Serie dedicada a Carlos Meineri, gran amigo y “odontólogo de cabecera”)