Buenos Aires 8
Una referencia en grupos vocales
“Buenos Aires 8 es el mejor conjunto vocal popular del mundo”. Esta frase por demás decidora fue publicada en la Revista Twen de Alemania en 1971, después de la gira por Saarbrucken, una de las ciudades teutonas. La data dura, la crítica internacional de época, sobraya el fenómeno artístico y la calidad que lograba el grupo.
Cuando comenzás a escuchar cada nuevo tema musical donde las voces son también la música, parece que estás en medio de una de las concurridas calles o avenidas porteñas. La sonoridad riquísma y disruptiva de Astor Piazzolla (a quien vemos en la fotografía junto a parte del grupo, Mercedes Sosa y Horacio Ferrer) se percibe.
Esos arreglos, aplicados a voces excelentemente bien colocadas, hacen el resto. Pero la pasión por interpretar música nuestra también se trasluce en cada instante. ¡Qué no daría por tener la máquina del tiempo y poder ingresar a uno de sus ensayos, para detectar de cerca todo lo que transcurría en medio de esa búsqueda!
“El octeto
“4 voces femeninas y 4 masculinas
“De a poco, entre el Negro y Horacio, fue tomando forma la idea de transcribir a voces las partituras de los grandes clásicos argentinos. También la certeza de que la formación ideal para este fin era la de 8 voces: 4 femeninas y 4 masculinas. Pero nadie parecía aún capacitado para esta tarea musical que finalmente asume Elsa Farrell, madre de Horacio Corral, que con sus conocimientos de música hizo las primeras y tentativas transcripciones para voces.
“Los ensayos, cada vez más frecuentes y precisos, se desplazan entonces de Ituzaingó a Villa Lugano, a la casa de Horacio y Elsa, y poco después al barrio de Boedo. Allí, en un pequeño departamento y alrededor de un gran piano, termina de integrarse el grupo con la llegada de Clara Steinberg, mezzosoprano del Collegium Musicum, quedando definida su primera formación.
“Pero aún faltaba un paso fundamental que implicaba la imprescindible autonomía del grupo. Era necesario que el rol de Doña Elsa fuera tomado por alguien del octeto, que decide en 1965 que su director y arreglador fuera Horacio, por considerarlo el más capacitado, quien comienza a estudiar y a perfeccionarse a gran velocidad, tanto en teoría, solfeo y armonía con Nora Bologna, como en la ejecución del contrabajo en el Conservatorio Municipal Manuel de Falla. Es él quien hace los definitivos arreglos musicales y escribe sus partituras para 8 voces, contrabajo y percusión (ésta, a cargo de Fernando Llosa).
“Fueron “los tiempos heroicos”, de acelerado proceso de ensayos y decisiones cada vez más audaces y maduras. Tiempos de ponerle algún nombre a las apuradas como Vocal Buenos Aires. A las primeras actuaciones entre amigos y con la creciente autoconfianza en su valor artístico, le sucede la grabación en los estudios Audión de una cinta con los 2 primeros temas (lo cual era, como todo lo demás, un gran esfuerzo económico) con el fin de iniciar la búsqueda de una compañía grabadora interesada, tarea que asumen el Negro y Horacio”.
(Texto encomillado tomado de la Biografía Oficial del grupo)