La Espeleología Científica en Payunia, bajo la lupa del mundo
En Sin Pelos en la Lengua 402 publicamos la noticia de que la Payunia se había convertido en una revelación mundial sobre la que se estaban fijando los ojos de muchos científicos.
Ya había empezado todo esto cuando en 1962 el Dr. Eduardo Llambías (fallecido recientemente) hizo su tesis doctoral como geólogo en los volcanes de la Payunia. Diez años después, el Centro Argentino de Espeleología topografiaba, en cercanías del puesto de Don Martín Zagal (La Batra) la cueva de lava más extensa del país, que lo sigue siendo hasta hoy.
En 2004 el equipo del Dr. Giorgio Pasquaré, conocido vulcanólogo italiano, junto a su hijo Federico y al vucanólogo Dr. Walter Bertotto (Universidad de La Pampa) descubrieron que en Malargüe existe el río de lava más extenso del planeta, con 181 kilómetros de desarrollo, en el cual se han formado gigantescas cuevas de las que aún no se conocen las bocas de acceso, pero que bien podrían ser las cuevas basálticas más extensas del planeta.
Esas gigantescas formaciones antes líquidas y ahora sólidas se formaron hace entre 200 mil y 5 millones de años, según la zona. El Homo Sapiens aún no ingresaba a América…
En 2006 y 2007 funcionó en Malargüe, merced a un convenio entre la Federación Argentina de Espeleología (FAdE) y el intendente Raúl Rodríguez, la Escuela Argentina de Espeleología (EAE), con cursos presenciales en el Campus Educativo Municipal, con amplio apoyo (incluso financiero) por parte del Municipio. En las clases (y salidas al campo) participaron nuevos espeleólogos de Buenos Aires, Tandil, Mendoza, y hasta ¡Paraguay!. Hubo capacitadores de Tucumán, de Malargüe, CABA, y también Brasil.
Como de costumbre, y ya en tiempos en que el profesor Rodríguez había sido “condenado” políticamente por su progresismo, la prensa no se hizo eco de todo ésto, ni tampoco lo hicieron quienes sucedieron a “El Raúl”. Como era de esperar, en esos cursos casi no hubo guías de turismo locales y pocos guardaparques, con más criterio de “vigilar-a” que de “aprender-de” los espeleólogos, actitud que mantienen aún hoy en su mayoría.
En el marco de esas salidas al campo, la entonces Licenciada Marcela Peralta (hoy doctorada en Ciencias Biológicas por la Universidad de Tucumán), de la Fundación Miguel Lillo, aprovechó sus clases para hacer un relevamiento faunístico de la Cueva Doña Otilia, un “tubo de lava”. Así se llaman… son producto de las “erupciones pahoehoe”, no explosivas, en las que el río discurre lentamente, se solidifica la lava en contacto con el aire y la lava líquida sigue fluyendo, hasta que se termina la erupción y se vacía el tubo.
Doña Otilia era un ejemplo de lo que puede aparecer a futuro si prestamos atención a los descubrimientos del Dr. Pasquaré a que nos referimos al principio.
En el caso de Doña Otilia ya habíamos percibido, gracias a las recomendaciones de Don Zagal, que sectores de la cueva estaban muy húmedos, que las raíces de las plantas de superficie entraban a la cueva a absorber esa humedad y que en esas raíces había extraños bichitos que merecían ser estudiados.
Así fue que en ese invierno de 2006, Marcela Peralta observó un arácnido muy interesante y de inmediato dio cuenta al Dr. Luis Acosta, de la Universidad Nacional de Córdoba, que es el único especialista del país en estosbichos (opiliones). Marcela no podía hacer el estudio ya que su especialidad son los cangrejos y los crustáceos anfípodos, o sea los camaroncitos. Así que derivó el caso.
La Federación Argentina de Espeleología (FAdE), que tiene sede legal en Malargüe aunque la mayoría de los malargüinos lo ignore, conjuntamente con la Universidad Nacional de Córdoba, tardó diez años en obtener el permiso para que el especialista cordobés viniera a tomar muestras para hacer los estudios de Taxonomía, es decir, los estudios conducentes a determinar si se trataba o no de una especie nueva para la Ciencia.
Así, en 2016 se hizo una nueva expedición con el Dr. Acosta y sus técnicos asistentes, se colectaron ejemplares machos adultos, tal como se explica en un artículo que publicamos oportunamente en octubre pasado (https://piramideinformativa.com/2019/10/fabuloso-descubrimiento-cientifico-en-la-payunia-revoluciona-al-mundo-por-carlos-benedetto/), y tres años después se confirmó que el hallazgo era realmente histórico.
Efectivamente, fue en 2019 que el Dr. Acosta comunicó los resultados de su trabajo. Se trataba del descubrimiento, no sólo de una nueva especie, ni sólo de un nuevo género, sino de una nueva familia de opiliones. El nuevo bicho fue científicamente bautizado como Otilioleptesmarcelae, por el nombre de la cueva (Doña Otilia era la abuela de Don Martín Zagal) y en homenaje a su descubridora, la Dra. Peralta, que además es miembro honorario de la FAdE.
Para quienes tengan conocimientos de Biología, el trabajo científico completo puede leerse en https://issuu.com/fade3/docs/acosta_2019_otilioleptes_journal.pone.0223828, y como consecuencia de ello el Dr. Acosta también fue incorporado como miembro honorario de la Federación. Venía siendo colaborador externo desde una década atrás, e incluso había estado observando opiliones en Caverna de Las Brujas, pero en este caso no se trataba de animales adaptados fisiológicamente a la oscuridad total permanente e imposibilitados por ello de vivir en la superficie.
Tenemos entonces dos vías de acción para la puesta en valor científico de Payunia: una iniciada por científicos italianos, que descubrieron que nuestra Payunia bien puede ser un “queso Gruyère”… cuevas que se bifurcan y que se extienden por kilómetros. Otra es el descubrimiento de fauna, los primeros especímenes cavernícolas identificados, en Sudamérica, en una cueva en basalto, y los primeros en Mendoza (hasta la actualidad, la exclusividad al respecto la tenían las cuevas del Neuquén, Sistema Cavernario Cuchillo Curá y Cueva del León).
La existencia de estos animalitos (en Espeleología se los conoce como “troglobios”) hace pensar que todas las cuevas de la región pueden tener fauna, incluso las que aún no fueron exploradas por el hombre pero detectadas por los Dres. Pasquaré y Bertotto.
Para hablar de todo ésto fuimos invitados por el Instituto Catalán de Espeleología y Ciencias del Karst (ICEK) con sede en Barcelona, para disertar en el ciclo “Les Nits de Sarawak” (Las noches de Sarawak), con la conducción de la periodista y espeleóloga Monserrat Ubach.
La disertación fue el 6 de julio pasado y su título “Payunia en Les Nits de Sarawak”. La misma, y su difusión en los grupos Facebook de todo el mundo (https://www.youtube.com/watch?v=aOxdO7UIFsQ&feature=youtu.be) hizo que empezaran a lloverle a la FAdE propuestas de investigaciones espeleológicas bi o plurinacionales, que no podrán comenzar sino en 2021, luego del VI Congreso Argentino de Espeleología, que esta vez no se llevará a cabo en Malargüe, sino en Neuquén, con el objetivo de comprometer también a la Universidad Nacional del Comahue (UNCOMA) en la profesionalización de la Espeleología en toda la Cuenca Neuquina, tema que será motivo de un artículo posterior.
Para empezar, los editores del Newsletter de la Comisión de Cavidades Volcánicas de la Unión Internacional de Espeleología (http://www.vulcanospeleology.org/) se comprometió a publicar un informe nuestro en su número 77 a salir antes del 31 de diciembre de 2020.
Es probable, además, que una ponencia específica sea presentada en el siguiente Simposio Internacional de Cuevas Volcánicas a realizarse en Catania, Sicilia (al pie del Etna) dentro de un año.
Malargüe sigue estando, cada vez más, en la vidriera del mundo, aunque sus dirigentes todavía no se enteraron
Columnista invitado
Carlos Benedetto
Museólogo, jubilado docente y presidente de la Federación Argentina de Espeleología. Escritor y periodista. Miembro de la Comisión de Ambiente del Instituto Patria. Director del quincenario Sin Pelos en la Lengua, Malargüe.