Millones de argentinos, de todos los tiempos, vamos a iluminarnos el alma cada vez que se mencione tu nombre. Ocurrirá siempre y, con el paso del tiempo, se acrecentará la alegría en el medio de nuestro corazón. Te vi en tiempo real, en vivo, y verdaderamente fue inenarrable. Sé que digo algo insostenible, pero insisto.
Porque aunque uno luego mirara “el vídeo” de esas jugadas, seguía sin poder creerlo. Había ocurrido bEsas eran las pruebas de algo que no parecía posible ocurriera en la cancha. Cuando jugabas, la belleza estaba presente, en un contexto de sorpresas. Cada jugador que gambeteabas, era una victoria de anticipación.
Nunca quisiste ser un referente ético o moral, pero sí un buen futbolista y fuiste el mejor. Te agradezco algo que para mí es crucial a lo largo de toda tu vida: sostengo que fuiste uno de los pocos argentinos reconocidos que dijo tantas verdades. Y señalaste como pocos y con valentía, al pode real del mundo. Gracias Diego.
[…] Gracias Diego. Observación acerca del porqué de ese agradecimiento, que creo le debe lo mejor de la historia argentina de todos los tiempos. Mirala aquí! […]