“Las Cenizas del Volcán” es un relato para ayudar a encontrar la identidad a los hijos y nietos robados en la dictadura, contado desde la historia novelada de mi familia, buceando en los ancestros y la propia identidad, sabiendo que somos como somos por las constelaciones familiares que nos precedieron.
Las Grutas, 2012
Las cenizas del volcán
Primera entrega
Introducción de tierra:
Sanar el árbol familiar es una tarea para ovejas negras de ojos “marrón crítico”. Esta ardua labor, muchas veces implica viajar hacia lo más oscuro, porque allí se forman las raíces, las historias que se encuentran en el origen de una familia, de una Nación…
Introducción de fuego:
Las pieles morochas gritan en su sangre desafiante, cuál es su verdadera identidad. Los ojos no mienten, siempre traen la mirada develadora, la que canta “piedra libre” en los patios de la escuela y con toda la inocencia, delata a los verdugos. Lo que se oye a lo lejos, no son truenos, son las voces de los HIJOS que ya anuncian la erupción del volcán Dragón, rugiendo su dolor de tantas identidades negadas.
Introducción de aire:
León Tolstoi dice “Pinta tu aldea y pintarás el universo”. Toda esa historia que entra y sale por las ventanas del tiempo, yendo del presente al pasado, ocurre desde los tiempos de la “conquista” desde los avasallantes saqueos a nuestras aldeas latinoamericanas y con leves cambios de roles y algunos arquetipos disfrazados, es lo mismo que ocurre puertas adentro de las familias que han formado nuestras Naciones. La pintura y la poesía, la magia de los carnavales y las murgas, la alegría del fútbol para todos y el arte, son el único medio posible para salvar a los pibes, pero es preciso limpiar el aire, desintoxicarlo de tantas mentiras e identidades robadas.
Introducción de agua:
Cuenta la mitología griega que del caos nació el amor. Y debe ser así, porque de otro modo las MADRES no podrían seguir resistiendo tanto avasallamiento y ninguneo cuando piden por el derecho a la identidad de sus HIJOS. Esos pibes que nacen ya señalados, ya marginados por el hecho de ser, de existir en el mundo. Sólo el amor podrá sanarlos, sólo el amor los convertirá en guerreros para que luchen por un destino mejor, más sano, sin secretos familiares ni voces acalladas.
Andrea Esther Argañaraz
¿Y aún es imposible saber por qué este pibe es cómo es? Callejero por derecho propio, libertario total, mezcla rara de dálmata pura raza con alegre cantor murguero.
-Es hijo de los carnavales- dice cualquier jubilada docente contando los meses de embarazo adolescente de tantas alumnas.
Aire familia Briones, morocho kilombero cual palestino expulsado de su tierra. Sí, tiene la inconfundible “mirada de relámpago y voz de trueno” que también caracterizaban al viejo gurú Rajatabla, ring-raje, toco y me voy, rajando, del touche and go: toco, un fife y adiós, si te he visto no me acuerdo. Y ese aire imperativo igual al del Viejo:
-“Las órdenes se cumplen, no se discuten”.
-¿Para cuándo? Para ayer.
Recuerdo su respuesta ante cualquier pedido de ayuda para realizar una de sus órdenes…
-Pero cómo hago para…
-Y no sé, querido, es problema suyo. Si Ud dice NO PUEDO es simplemente NO QUIERO…-. Y luego con tono paternalista agregaba: -Ch’amigo, tal vez lo que Ud. necesita son unas vacaciones pagas a cargo de la empresa… Dígame, ¿cuánto hace que no se va a pescar tranquilo…?
Pero luego, por teléfono:
-Señorita, páseme con su jefe. Dígale solamente mi nombre. Él ya sabe-. Decía tamborileando, nervioso, sobre la mesa con la lapicera fuente con capuchón de oro.
-Pero, querido (su muletilla cuando mostraba su absoluta indignación)… Dígame, ¿no tiene alguien más capaz y eficiente que el pobre infeliz de su sobrino para un puesto de tanta responsabilidad?-.
(-…-)
…Sí, ya sabemos que es licenciado egresado de esa selecta Universidad privada cuyos estudios Usted garpó… ¿Pero me lo mandan así, crudo, en plena campaña, con los leones de la contra?
(-…-)
-Ud. sabrá dónde ubicarlo. Algún puestito habrá, por allí. Es SU problema. Con la senaturía, allí, casi… Y me lo dejan aquí, como presente griego-.
Aire Real Madrid. Actitud mata talento. Su eficiencia es la del Cirque du Soleil, la absoluta perfección y belleza de cada detalle cuidado cual mecanismo de relojería…
El Viejo siempre usaba las mismas fórmulas para lograr la máxima eficiencia en sus empleados…
-Si un candidato al puesto no tiene promedio de diez o nueve ochenta y nueve, directamente le explica que esta empresa no es para él. ¿Entendió, señorita?-. Lo dice con su mejor sonrisa. Viejo seductor, logra una secretaria feliz del piropo del jefe. -Explíquele que solamente algunos, muy pocos pueden acceder a un puesto como el suyo, por ejemplo… De Usted depende la selección del personal, los horarios, ¡todo!
Y ese mismo manejo poco claro, cargado de dobles discursos, es la problemática de las inferiores del club de fútbol. No es lo mismo un país ordenado y mostrable como Uruguay, el paisito, la nueva Suiza que el Paraguay de las madres de hijos de Lugo, el ex obispo, tan parecido al asesinado fotógrafo Cabezas, únicamente por esa foto de Yabrán que lo mostraba tan parecido a Saddam Hussein cuando rodaba su cabeza de la estatua o Avelino Porto en el programa de la tele de una universidad privada.
¡Y qué pasó con las madres paraguayas? Ni la más pálida idea. Akí no llegan las noticias, ninguneo total. En el Mundial de Fútbol, dígame Usted ¿Cómo llegó a finalista el equipo paraguayo? Si hasta su capitán terminó expulsado. Si ganaban sólo por eso de los penales. Únicamente se escuchaba la voz de las sacrificadas madres que pedían por el derecho a la identidad de sus hijos. Seguramente estaban con el rosario frente a la virgencita de Itatí, con el lema “por nuestros hijos”. Si el presi, “El padre de la Patria”, le dicen los chistes paraguas, se hace el otario, qué será de las otras madres de ignotos padres borrados…
Por eso erraron los súper seleccionados de Brasil y Argentina. Pero Lugo no aflojó. Y así perdieron la copa. Y él, la presidencia.
Eso no sale por el Fútbol para Todos, de Argentina para el exterior. No vamos a mostrar lo peor de lo nuestro, algún papelón como River, los Millonarios, a la B, digamos.
Perfección es la arquería zen. Una sola flecha que el maestro, un certero kamikaze oriental, dispara de espaldas, en un giro veloz, con la mirada blanda de la meditación en acción… Tensa el arco y… esa, su única flecha, es la de Guillermo Tell… La que lanzó teniendo la certeza que iría exactamente a la manzana ubicada sobre la cabeza del nene, su hijo bienamado.
Pero akí sólo nos keda recurrir a la plegaria. Si no nos salvas a todos, San Expedito, a vos, te imploramos… Akí, jugamos a tirarle cuchillos a su hija, en el circo beat… La escuela, obvio, la cárcel, horrible lugar para qué, decime vos. Únicamente para el salario de escolaridad. No sirve para nada. Pero si no vas, ya sabés la que te espera akí, dicen los padres que son la tercera generación de desocupados, subsistiendo de planes.
Y de un lado y otro, las mujeres y niños primero. Al horror de la selva urbana, que tiene sus códigos. La supervivencia del más apto, la ley del talión, ojo por ojo, diente por diente…
Se oye en el aire la amenaza atroz de mi tío Horacio Briones y Marrero, segundo comandante de gendarmería en el ‘75, un mes antes de mi detención, cuando abuela agonizaba:
-Sobrina, Ustedes dicen: “Cinco por uno”… Yo te aseguro que cinco por uno, diez por uno, cien por uno, mil por uno… DE USTEDES, NO VA A QUEDAR NINGUNO.
Perfectamente entrenado. Táctica y estrategia. Sabiendo perfectamente “qué”, el objetivo. Cómo lograrlo, la metodología. Dónde, en su ámbito de trabajo o estudio.
Perfecto y concienzudo trabajo de lograr lo planificado: locos. Todos locos. Piltrafas los sobrevivientes. O medio locos, los impresentables los que aún pueden decir esto, en el sitio más inoportuno de la peor manera posible, sin la más mínima ubicación temporo-espacial, absolutamente imposible de soportar un solo minuto más… Políticamente incorrecto a la enésima.
Aún recuerdo cuando mi tío me pidió lo ayudara a preparar Historia Argentina para su ascenso. Sacó diez felicitado, me contó. Jamás hubiera imaginado para qué.
Columnista invitada
Lucía Isabel Briones Costa
“Mi pecado fue terrible: quise llenar de estrellas el corazón de los hombres” decía el poeta… Desde los lejanos años de estudiante del profesorado en Historia en la Universidad Nacional del Sur, dediqué mi vida a la educación. En los tiempos previos a la dictadura de 1976 enseñaba en una vieja aula de la Facultad de Agronomía el bachillerato de adultos, tarea compartida con los compañeros, casi todos presos políticos después en Bahía Blanca. Cuando era rector Remus Tetu se hizo una razzia contra docentes, no docentes y estudiantes, especialmente contra los alumnos de Humanidades, Sociología y Economía. Estaba terminando mi carrera, cursando las últimas materias cuando fui detenida y puesta a disposición del PEN, el Poder Ejecutivo de la Nación, durante tres años y tres meses, hasta diciembre de 1978. Estuve en las cárceles de Villa Floresta, Olmos, Devoto y los tres últimos meses en la U20, la cárcel dentro del Hospital Borda, donde un prolijo tratamiento con drogas psiquiátricas hizo borrar totalmente mi memoria. Así me dejaron en libertad, diciéndole a mi padre: “Su hija es irrecuperable, será un vegetal hasta el día de su muerte. Que Dios les de la Santa Resignación”. Gracias a haber encontrado la ayuda adecuada pude recuperar, poco a poco, la razón perdida. Y me fui a La Pampa, donde fui docente de escuelas primarias y secundarias en la pequeña localidad de 25 de Mayo y en el Terciario de Formación Docente de Catriel, Río Negro. Recién en 1997, pude terminar mi profesorado en la Universidad del Comahue, para cuando mis compañeras de promoción de la Universidad del Sur ya estaban por jubilarse. Luego comencé la maestría en Historia Latinoamericana de los siglos XIX y XX, la cual se interrumpió cuando la Universidad no podía pagar a los docentes, varios doctores en Historia. En ese tiempo de docente rural comencé a escribir narrativa, tarea que continué al jubilarme en el bello mar de Las Grutas, en Río Negro. Seguí escribiendo con la alegría de dar un legado en su educación a mis hijas: la mayor psicóloga y la menor, maestra y profesora de Historia, ambas egresadas también de la Universidad del Comahue.
Valiente relato que en cada real pincelada de lo intuido va conformando lo que es nuestro, la vida de todos, la muerte de muchos. Gracias Lucy!
Yo conocí un Horacio Briones Marrero.Comand de Gendarmeria,cuando era chica en la casa donde me criaron .Casado con Amalia Nolli. Vivían en Obera Misiones después de casarse.