“Las Cenizas del Volcán” es un relato para ayudar a encontrar la identidad a los hijos y nietos robados en la dictadura, contado desde la historia novelada de mi familia, buceando en los ancestros y la propia identidad, sabiendo que somos como somos por las constelaciones familiares que nos precedieron.
Las Grutas, 2012
Las cenizas del volcán
Decimocuarta entrega
Durante siete años esperé -papel va y viene- que me llegaran los aportes de mi jubilación como docente rionegrina del Instituto de Formación Docente de Catriel. Fueron años de sólo papeles. Quienes transitaron conmigo ese mismo camino sabrán de lo que hablo, porque mis compañeros del magisterio de Catriel y 25 de Mayo, saben lo que cuesta ser docente de dos ciudades separadas por un río, el Colorado, a diferencia de las otras, hermanadas por el río, como Cipolletti y Neuquén o Viedma y Patagones.
Me dormí pensando en las ciudades hermanas y aquellas otras, divididas… Los sueños me explicaron los por qué del misterioso suicidio de mi hermano Pablo Ramiro, paciente durante añares del Hospital Neuropsiquiátrico Pereyra de Mendoza, Capital, el mostrable, porque el otro, El Sauce -ni tenés idea lo que es, hermana, solía contarme. Los psiquiatras de la Junta Médica le habían negado esa pensión que le correspondía, porque otro, un doble, tenía sus papeles, sus estudios médicos y entonces…
-Está totalmente pirado…- parecían decir las miradas psi.
Como la mamá de Evelyn, su ex novia, que vive recordando aun cuando ese amor loco de pacientes internados por mal de amores, le iluminó los días a su hija de haber sido adoptada y maltratada toda su vida por la madre adoptiva, ex esposa de un profe de Educación Física, que seguro tendría el aire de mi ex colega de Catriel, me corre un escalofrío por la columna.
“-Cambio loro barrankero por canario flauta. Pago la diferencia.” Y aki te dejo la nena… Yo me voy, el amor es libre y vuela a otro capullo en flor-.
-Voy a estudiar para maestro,- había contado Pablito a los psi -Viajo ahora para visitar a mi sobrina, para entregarle el título. Eso me decidió, una amiga de oro, me ayudó a hacer los papeles. Estudiaré en el terciario que está cerquita de Jazmín- me contaba, feliz, radiante, por el celu que me habían mandado de regalo mis hermanos.
-¿DOCENTE…? Pero ya sos grandecito, Pablito… Por qué no haces algo más práctico… A tu edad, hacer esas pavadas…- me contaba, angustiado, que le había dicho su casi ex suegra…
-Pero si faltan docentes…- le expliqué – para adultos, por ejemplo, en las carreras de artes y oficios, con esos planes como Primer Empleo o Proyecto Joven, subsidio de plan mientras estudian una materia, con tutorías personalizadas y exámenes bimensuales con aprendizaje de oficios y a cada materia aprobada otros pesitos más. Depende del Ministerio de Trabajo de Nación… Que tal vez habría en San Antonio Oeste, nos dijeron en Empleo. Si el intendente acuerda con Nación. Pero, obviamente, en San Antonio Oeste.
– ¿Y Las grutas y el Puerto?– pregunté… Mirada callada, onda “que se jodan”. Porque el intendente es nuestro, no de ustedes.
Así era antes. Históricamente contreras los grutenses. Pero esta vez, todos a una, Fuenteovejuna. Si todos lo votamos, aprendieron, obviamente la repartija será pareja, digamos, un 33%, que es número primo. Como las regalías petroleras, sojeras, yerbateras, etc, etc. ¡LO QUE NO PODEMOS SUJETAR EN CORTE DE RUTA ES AL VIENTO!
Lo sabían los anónimos hinchas del equipo mendocino, Godoy Cruz. Quién sino Pablito era el de la bicicleta que cantaba León Gieco… Quién podía olvidarlo cuando recorría las calles, feliz en su bici tuneada poniéndole cada chiche raro, con sus celus que regalaba a todos…
Fueron los hinchas los que le pidieron que apareciera, la única manera que pudiera volver a tener esos triunfos que los hicieron tan felices. Porque la histórica pueblada comenzó con el “Fútbol para Todos”. Cuando River tuvo que bancarse ir a jugar con cada club lejano… Y los hinchas anónimos, de pueblos que sabían tal vez serían sus únicos cinco minutos de gloria, lo inmortalizaron en esa camiseta histórica que vendieron entonces en la cancha, para garpar el viaje de conocidos y amigos gratarola, todos juntos en los bondis…
-¿Vos, con rojo y blanco…? Che, si el azul y oro te salta por los poros, ch’amigo…-.
La necesidad tiene cara de hereje, como decía la abuela. En las mateadas con tortas fritas, una ojeada buscando dónde estaba el campito…
-Habrá lugar para un ranchito, che… No te imaginás lo que es Buenos Aires… Makri nos está destruyendo… Akí cantan los pajaritos como siempre recuerdo…-.
-Todo cambió, che. Sólo hay un hotel para turistas… Se vendió todo-.
-Pero a nosotros nos tocaba la parte del tío…-.
-¿Están reclamando, como nosotros, el 33%? Por la edad de Cristo-.
-Pero querido,- igual que al tío abuelo, le salta el “querido” cuando está absolutamente indignado… -No me vas a comparar el valor del oro negro con la yerba, ch’amigo…-.
-Pues tomá mate con petróleo entonces, o pasate al café o al té… Todo es cuestión de gustos…-.
Las risotadas estentóreas de los primos recuerdan las de los tíos a su edad. Sólo se han encontrado por el face. Porque los viejos están peleadísimos, no casualmente, desde hace cuarenta años.
Por la radio, en el programa matutino de Víctor Hugo, únicamente por internet, comentan el libro de Alberto Fernández que jamás compraría: “Afuera, la mañana insiste”… Esas frases cuidadas, prolijas, de piedra tallada, primero de la roca, que primero extraen la idea en un trabajo paleolítico y luego, lo que sale a la luz es el trabajo neolítico de la piedra pulida, lijada, como esa frase de no recuerdo quién: “Busco la frase que te arañe el corazón” … “Si no está tipificado en el Código, es un tiro al alma”. ¿Cuándo tiene tiempo Alberto Fernández para meditar esas frases tan pulidas?
Esa perfección estilística me quitaba un poco el entusiasmo por expresarme con mis crónicas, hasta que, gracias al regreso a la Universidad, aprendí que la escritura es reflejo del ser. Escribimos como somos. Soy caótica. “EL DESORDEN ES EL ORDEN QUE NO ENTENDEMOS”, dijo Henry Miller. Es tiempo de recordar mejor a Roberto Arlt o el maravilloso librito de “Enciclopedia de malos alumnos y rebeldes que llegaron a genios”. Mal de muchos, consuelo de tontos, diría papá, el viejo lapidario.
La entrevista a Charly García en “Mundo Casella” logró que se recuerden LOS DERECHOS DE LOS PACIENTES DE SALUD MENTAL, ley unánime a fines del 2010… Si a él le hicieron esas torturas como a Antonin Artaud, electroshocks y pastillas que generan consecuencias de otras dependencias, ¿qué será de cualquier pobre paciente de algún Hospital Neuropsiquiátrico de provincia?
-Hace tres meses que no cobro,- me explicó la siquiatra mendocina cuando acompañé a Lorena Evelin Cabello, la ex de Pablito y le reclamé por tantos pacientes que sólo estaban zombies, esperando tembleques, con la mirada ausente “ las pastillas del abuelo”.
-Pero aquí me ve. Yo estoy, pese a todo, trabajando, cubriendo las guardias mínimas. Reclamamos por la planta de personal congelada. Nadie nos oye-.
Pero mucho peor son las fundaciones truchas para rehabilitación de adictos… Donde va a parar toda la pensión de discapacidad en tratamientos onda milica.
Pensaba en todo esto luego del recital, donde Fito tocaba el piano como lo hacía antes Charly. Qué le pasó, me preguntaba. Por supu, muchísimo mejor es verlo vivo, alegre, en paz. Pero qué tratamiento habrá recibido el mejor músico, al menos para mí. Siempre más cerca de Charly que del Flaco pese a sus discos “Artaud” y “Almendra”. ¡Las pastillas del abuelo! ¡La medicación psi, el chaleco de fuerza químico!… ¿Cuánto deberá garparle el Estado por abandono de persona?, ¿por haberlo usado para probar drogas psi como cobayo humano?
¿Y LOS PARTOS DE LAS HIJAS? Siguen aún en condiciones terribles. Lo demuestra la apropiación de bebés, la extraña muerte de bebés por sufrimiento fetal, por atraso en el parto. Porque resulta que el padre del bebé no quiere aflojar hasta que suelten la guita de Clarín. Por el negocio del yuppie, la peli de nacimientos en lugares infames… Para venderla, luego, a los bien pensantes, horrorizados de esa madre viviendo en la calle con un hijo discapacitado, por atraso en el parto, quizás. O autista por cesárea que cuesta más a las obras sociales que el parto natural. O carencia de Hospitales Materno-Infantil, como hemos reclamado medio pueblo hace años, ante la misteriosa muerte de tantos bebés, hasta del hijo del intendente.
Cuando fui al ex teatro, hoy cine de San Antonio Oeste, a ver la obra de teatro de Aristófanes: “Lisystrata o la rebelión de las mujeres” surgieron las dudas más insidiosas… Resulta que era pleno invierno. Pocas butacas ocupadas.
– ¡Qué freskete!- comenté, luego, con alguien…
– Es que lo vaciaron todo… Lo construimos con los aportes de los grupos de teatro, en colectas solidarias. De la sala se afanaron hasta los telones y los palcos de madera trabajada que alguien vio tirados por ahí…
-¿Tendría calefacción?-.
-Por supuesto. La mejor, además…-.
Los actores y el director contaron que eran de grupos de teatro independiente y que iban recorriendo plazas y parques… Tal vez porque Aristófanes no tendría mucho rating por tele. “El fútbol para todos” debe dar más dividendos para algunos.
Cuando vi esa obra, surgieron las hipótesis más extrañas… Suponía que el autor, para describir esa onda, debería haber estado en la guerra del Peloponeso, la guerra fratricida entre las ciudades-estado griegas que permitió luego el fin de todas con la invasión del Norte, Filipo II y luego por Alejandro Magno, su hijo. Porque las ciudades aportaban para que Atenas las defendiera del extranjero. Y con la guita de todos construía las bellezas arquitectónicas que hoy nos maravillan, pero que a los sacrificados griegos de las otras ciudades-estado les parecería un despilfarro.
-¿Nosotros garpamos el Partenón? ¿Para que se la queden ellos, los atenienses?-.
Como el teatro Colón, digamos. O con el presupuesto de las universidades nacionales, siempre la parte del león a la UBA. ¿Y a las otras universidades?, ¿el resto?
Entonces, dirigidos por los espartanos… ¡Todos a luchar contra Atenas! Y así mandaron al destierro a los científicos y artistas… Con una onda totalmente reaccionaria. Que el problema había sido dejar el culto ancestral a los dioses… Fue cuando Sócrates eligió la cicuta, para no darles la razón a sus acusadores…
Recordé los chistes de Aristófanes, que le tomaba el pelo a los filósofos con tanta chispa… Y que no había podido ver representado jamás. Porque teatro había en Bahía Blanca, uno hermoso que tenía una acústica perfecta. En Buenos Aires pude ver sí, algunas obras. Muchas por la tele, en canal a. No es lo mismo, por supu.
Pero esa visión de la guerra… Desde el punto de vista de un hombre… ¿Y si Aristófanes fuese el nom de guerre de Alcibíades, el general que les abriera las puertas a los vencedores? Porque recordaba haber leído, hace mucho, “Pantaleón y las visitadoras”, publicada por Vargas-Llosa en 1973, la época en que comenzaba la represión del Cóndor en América toda… Y me imaginaba si algunas de las mujeres o alguno de los hijos de la oficialidad y suboficialidad de las FFAA y de seguridad, de cualquier país americano, les preguntara: “¿qué hiciste tú en la guerra, papá? ¿Estuviste con las visitadoras?, je, je. Porque yo leí que…”.
Peor aún… Si entre “Nosotras, las presas políticas de Devoto”, hubiese no sólo algunas, sino algunos. Por eso de la requisa vejatoria que nos costaron sanciones salvajes, cuando las carceleras querían que nos desnudáramos sacándonos la bombacha inclusive… Son las compañeras, tan prejuiciosas, pensé entonces. Pero desde la obra de Aristófanes, la duda fue si acaso hubiese algún@s compañer@s con el conchero de las vedettes, que ya se sabe es para tapar el bultito…
Comencé, entonces, a escribir contando la historia de las mujeres de la familia, de comienzos de siglo, las sufragistas, a kienes por usar pantalones, les gritaban “machonas”. Resulta que había ido a un encuentro de género donde una médica decía que había dos sexos, que la biología lo determinaba. Parecía la cana, ¿sexo? Masculino o femenino, nada más. La concepción cultural de género brillaba por su ausencia.
Después de esa experiencia escribí para alentar la lucha de los derechos civiles trans, de gays, lesbos, bisexuales y travestis. Aproveché el impulso de la gran victoria del matrimonio igualitario. Porque los fachos siempre se han ocupado más de quién comparte la cama con amor que de quienes asesinan a mansalva con uniforme o sin él.
Pero falta la igualdad política. La lucha por el tercer cupo en todos los ámbitos. Vaya a saber por qué, me imaginaba que muchas de las que ocupaban los estrados de las mujeres no eran ellas sino ELL@S. Que se habían repartido los cargos. Como del rock de SUMO surgieron “Las pelotas”, aire machista ya desde el nombre. Y Divididos. ¿Y nosotras, las mujeres? Algunos grupos, aire travesti, como “Viudas E Hijas de Roque N’ Roll” que suponía usarían la misma pilcha y el velo negro de tul que en las misas de FAMUS, Familiares y Amigos de los Muertos por la Subversión…
Entonces, nuestro lugar, el de las mujeres, lo estarían ocupando quienes ignoran nuestra lucha milenaria por mostrar que existimos, que SOMOS.
Basta oír el tema de Pappo… “Mamá todas las mañanas, con el café me viene a despertar, me trae el desayuno a la cama, ¡no existe nadie como MI MAMÁ!” Bastante grandecito ya… ¿Quién podrá ocupar un lugar en el cuore de quien ha sido tan mimado? ¿O en el de un ídolo del fútbol, como Maradona, vitoreado por multitudes como en el Circo Romano…?
¿Cuáles son los centros del poder? El rock y el fútbol. ¿Quién se animaría sino Grondona a decir “Soy el vicepresidente del mundo”…?
Nada como salir a verificar hipótesis delirantes, para corroborar o refutar. A la hora del partido Real Madrid vs Barsa, funciona todo a la perfección, la tele, internet y la radio…
Todos contreras al Barsa los que definen cómo viene la mano… Se cortó y chau… ¿Por qué no habré comprado ese aparato de tele satelital que se paga una sola vez y es como Direct TV y que ya tiene internet? Una inversión una vez y ya está. La antenita permitía ver hasta 350 canales internacionales, radios y qué se yo qué más. Lo comenté. Y entonces, la duda era, si se movía por el viento o algo así, ¿quién sabría arreglarlo? Aunque debo reconocer que más complicado, es conseguir un técnico de compu… Para el cable al menos hay una oficina, personas responsables, técnicos con quienes poder hablar, aprender, discutir. Porque el tema son los técnicos, como los políticos asesorados por Agulla, el publicista, con salarios de jeques árabes. Su peso en oro. Hoy akí, mañana allá, según quién garpe más. Pero desparramados por el mundo, los jugadores se conectan a través del face y asesoran desde lugares ignotos a los hinchas de su club.
Alguien les dijo que fueran a ver a la bruja, la del mismísimo Figuretti. -Ella sabe-, le dijeron. Porque lo habían seguido cuando iba totalmente tapado, con una gorra, anteojos negros y una bufanda. Mientras Chofitol arreglaba el motor del capot abierto, con cierto aire del dirigente agrario de Entre Ríos. Ese que llevara el toro a la Rural, recordando las fiestas de San Fermín. De la amistad de ambos, quedó esa foto histórica de la partida de truco con el tío Cacho que fue una de las misteriosamente desaparecidas.
Boogie, con aire distraído, lo seguía con sus armas de caza con mira telescópica. Mientras desde algún lugar del espacio el satélite mostraba las coordenadas exactas con GPS teledirigible.
Cuando había entrado Figuretti, sólo el loro, Pochito, lo saludaba con el grito “La papa para Pochito…” Y le daba un caramelito de vaya saber qué… Únicamente entonces podía entrar. La adivina, con un aire mix de Lilita con Blanca Curi, la bruja de Menem, lo hacía pasar a una sala donde sólo se veía una bola de cristal y absolutamente ni una palabra se filtraba.
-Imposible. Nadie llega a ella-.
-Entonces, síganlo en “Fútbol para todos”- asesoró Turkestán, el viejo gato libertario, a Trotsky y Garufa, los perros asesinados. -Ningún hincha va dudar si es o no. Algunos de sus dobles o triples pueden entrar y salir de la cárcel y ser ubicados en los castings de la tele para el programa del yuppie, acusados y condenados por mil tropelías varias. Puede otro ocupar su lugar en el recital de rock. Pero absolutamente ningún hincha va a dudar si ese jugador del penal, del pase exacto, es o no. Si el técnico es el padre de tantos pibes en banda. Las miradas atentas de mil cámaras, con el aerosol futbolero, seguido por millones de hinchas, sabrán si es o no. Y que cobra millones…Pues cóbrenle al club la parte que les corresponde. Si se cuida como de mearse en la cama. A la menor infracción, a la cárcel con los tumberos, que sabrán muy bien si es o no el que los dejó pegados. Porque ya se sabe que sólo están en cana los perejiles que además son pobres y sin abogado. Con el sistema de las tarjetas amarillas y rojas futboleras, seguidos por millones.
Son los que siguen al técnico con ese aire mix de Rodrigo, el cantante bailantero y algo de Felipe Pigna, quién indicaría que sólo se lograría cuando estén en internet, todos los datos de “Fútbol para Todos”, cuánto garpó al estado, a quiénes, qué salario, comparando con el software diseñado por alumnos de Informática de la Universidad de La Plata, detallando si es el mismo DNI, currículum, huella dactilar, foto del funcionario oficialista y a la vez, el mismo contrera que despotrica por tele y también aquel celebérrimo actor de la peli yanqui .
Porque desde algún sitio del ciber espacio son los dibus los que apiolan a los locales exigiendo “a igual trabajo, igual salario y condiciones que tienen los estudios yanquis”. Y que los guionistas, actores y bailarines de la tele, aprendan de los gremios setentístas, donde todo está estipulado. O simplemente sigan a los anarcos de la libertad de expresión. Gratarola, never. Todos exigiendo que sea igual el valor de la hora de trabajo. Otros opinan que el trabajo calificado tendría que ser mayor, el doble, para estimular la capacitación. De ninguna manera setenta veces más. Y ver la ruta de los negocios de las multinacionales. A ver si alguno akí no le paga a los pibes y lo vende al extranjero y “plin-caja”, como el yuppie.
-Yo, ni un sope de ese infame- dice uno, con el aire altivo de las Madres de Plaza de Mayo. Algunos harán realidad sus sueños de siempre. Otros dirán, en cambio, como yo: “A estos turros no hay que dejarles ni un sólo peso”. Que esa guita regrese al pueblo, como haría Robin Hood. Con ese aire alegre y chispeante que tenían en los bosques. Así eran los compañeros cuando los conocí.
Todo cambió luego. Falta la camiseta. La que llevan pegadas a la piel los pibes de las inferiores. Por eso me hice hincha de un club ignoto antes de conocer a ese pibe en Trapito. Entran unos adolescentes terribluses. ¿De dónde son? En un pueblo tan versero, donde todos son otros, únicamente un adolescente de unos 13 años, un valiente, me dijo: Soy de Almirante Brown, el club de Madryn… Lo miré, emocionada… Ese amor por su club… Seguí la historia por radio LU17, de Madryn… Por tele, alguna vez, en un partido, mostraron de pasada, ese club que daba pena. Con ese nombre, del almirante orgullo de la Historia de la Marina que no conozco mucho. Pero esos pibes sin mar… Con nombre de almirante, una se imaginaría un club con deportes náuticos, además del fútbol, remeros como los viedmenses, tan hermosos con su calma, practicando en el río y ganando siempre en la competencia anual. O haciendo yatching, surfeando las olas en vez de chocar sus huesos jóvenes en el cemento quedando inválidos de pibes. Porque en el mar, si aprenden a nadar, es lo mismo y tal vez, con menos accidentes, contaban unas madres de un club náutico de Bs. As. que lograron les enseñen a surfear, de a poco, a esos pibes casi suicidas que se salvaron de los tiburones por mirar la tele. Y recordando a ese pibe, el valiente y anónimo hincha, me reconcilié con el mar… Me indignaba al recordar a mi tío alto oficial de la marina en Puerto Belgrano y su chalet tan bello de dos pisos. Los oficiales tenían un barrio separado, de chalecitos todos iguales y prolijos con césped inglés y rosas. Los suboficiales, no sé. Y los soldados, en barracas carcelarias, supuse, luego.
Papá con su amor a la Arquitectura que no pudo terminar por ser peronista y haber estado en su cargo de Secretario de Vivienda de la gobernación de Córdoba, entonces, contaba que solamente mirando las casas se podía saber todo de la política.
-Mirá, hija, las viviendas que hizo Evita-, me enseñaba en la entonces Ciudad Gral Belgrano, antes y después, Ciudad Evita – En la Revolución Libertadora (aunque es mejor decirle “Fusiladora”) se las quitaron diciendo que el pueblo les arrancaba los pisos de parquet para hacer fuego. ¿Ves, acaso, piso de madera akí? Porque nosotros formábamos un equipo de técnicos, arquitectos e ingenieros que venían de todo el mundo, por la guerra. Y conocíamos todos los problemas. Y entonces, si en algún lado se hacía eso, ya estábamos nosotros para hacer piso de mosaicos y así reactivábamos nuestra industria. Porque la construcción de viviendas sociales es industria de industrias. Trabajan los carpinteros para las puertas y ventanas, los ceramistas para los pisos y así reactivamos nuestra industria.
Les quitaron sus casas, como a La Pampa le cambiaron hasta el nombre. Eva Perón sigue guiando a los pampeanos que la llevan en su corazón, en ese salario y jubilación que se cumple con palabra de ley pampeana.
Entonces para que perdieran esa energía, les quitaron hasta su identidad de origen… Porque me pareció ver a ex alumnos, en la bruma de mi desmemoria, con otro aire, confuso…
Porque allá estaba claro quién era quién. Todos estaban seguros de ser un pueblo unido. Y entonces ese pueblo se defendió con toda la garra en la histórica pueblada por el trabajo en el petróleo para los pampeanos.
Y algunos dicen que entonces, los sacaron de allá. Fue una diáspora, pero solamente guiada por políticos verseros. -Allá tendremos el mar, unas casas como esta-… Les muestran las fotos de la avenida frente al casino… -Hay de todo… Síganme, no los voy a defraudar-… Y se fueron cantando con Serrat en “Pueblo blanco”:
Deja tu hembra, tu pueblo y tu arreo.
Sigue el camino del pueblo hebreo.
Busca otra luna.
Y si te toca llorar,
es mejor frente al mar.
Así partió el padre. Buscando el trabajo, dejando su jermu y los pibes. Primero voy yo, me abro camino y luego nos vamos todos. Como los que se van al petróleo, regresan cada tanto unos días. Y luego, se van… Cada vez más tiempo. Aportan rigurosamente cada mes. Luego, tal vez al escuchar a Sabina decidido a no dejar a sus hijos ni un duro, se patinan el salario en el casino con una garota o garoto, vaya a saber.
Después se pierde toda noticia… Nadie sabe nada de él. Missing, desaparecido en acción. Va sembrando simiente por akí o allá. Unos dicen que lo vieron bailando salsón en el puerto con una morocha que parecía su hija… Otros lo vieron como artesano, volado y con un pedo glorioso y ya es sólo el loco del pueblo. Otros dicen, en cambio que se hizo los trámites de cambio de sexo, un DNI como señorita en mini porque nadie de su familia lo aceptaría travesti. Otros aseguran que es pastor evangélico o cura villero.
-Sí, hermanos. Yo fui el peor de todos pero hoy, gracias a Jesús soy otro-… Figuretti.
FIN
30 de junio del 2012
Cumpleaños N°49 de mi hermano
Pablo Ramiro Briones Costa, “Pablito”, Testigo en Peligro Las Grutas, San Antonio Oeste, Río Negro.
Columnista invitada
Lucía Isabel Briones Costa
“Mi pecado fue terrible: quise llenar de estrellas el corazón de los hombres” decía el poeta… Desde los lejanos años de estudiante del profesorado en Historia en la Universidad Nacional del Sur, dediqué mi vida a la educación. En los tiempos previos a la dictadura de 1976 enseñaba en una vieja aula de la Facultad de Agronomía el bachillerato de adultos, tarea compartida con los compañeros, casi todos presos políticos después en Bahía Blanca. Cuando era rector Remus Tetu se hizo una razzia contra docentes, no docentes y estudiantes, especialmente contra los alumnos de Humanidades, Sociología y Economía. Estaba terminando mi carrera, cursando las últimas materias cuando fui detenida y puesta a disposición del PEN, el Poder Ejecutivo de la Nación, durante tres años y tres meses, hasta diciembre de 1978. Estuve en las cárceles de Villa Floresta, Olmos, Devoto y los tres últimos meses en la U20, la cárcel dentro del Hospital Borda, donde un prolijo tratamiento con drogas psiquiátricas hizo borrar totalmente mi memoria. Así me dejaron en libertad, diciéndole a mi padre: “Su hija es irrecuperable, será un vegetal hasta el día de su muerte. Que Dios les de la Santa Resignación”. Gracias a haber encontrado la ayuda adecuada pude recuperar, poco a poco, la razón perdida. Y me fui a La Pampa, donde fui docente de escuelas primarias y secundarias en la pequeña localidad de 25 de Mayo y en el Terciario de Formación Docente de Catriel, Río Negro. Recién en 1997, pude terminar mi profesorado en la Universidad del Comahue, para cuando mis compañeras de promoción de la Universidad del Sur ya estaban por jubilarse. Luego comencé la maestría en Historia Latinoamericana de los siglos XIX y XX, la cual se interrumpió cuando la Universidad no podía pagar a los docentes, varios doctores en Historia. En ese tiempo de docente rural comencé a escribir narrativa, tarea que continué al jubilarme en el bello mar de Las Grutas, en Río Negro. Seguí escribiendo con la alegría de dar un legado en su educación a mis hijas: la mayor psicóloga y la menor, maestra y profesora de Historia, ambas egresadas también de la Universidad del Comahue.


