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por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo?
58. En algunos países hay ejemplos positivos de logros en la mejora del ambiente, como la
purificación de algunos ríos que han estado contaminados durante muchas décadas, o la
recuperación de bosques autóctonos, o el embellecimiento de paisajes con obras de saneamiento
ambiental, o proyectos edilicios de gran valor estético, o avances en la producción de energía no
contaminante, en la mejora del transporte público. Estas acciones no resuelven los problemas
globales, pero confirman que el ser humano todavía es capaz de intervenir positivamente. Como
ha sido creado para amar, en medio de sus límites brotan inevitablemente gestos de generosidad,
solidaridad y cuidado.
59. Al mismo tiempo, crece una ecología superficial o aparente que consolida un cierto
adormecimiento y una alegre irresponsabilidad. Como suele suceder en épocas de profundas
crisis, que requieren decisiones valientes, tenemos la tentación de pensar que lo que está
ocurriendo no es cierto. Si miramos la superficie, más allá de algunos signos visibles de
contaminación y de degradación, parece que las cosas no fueran tan graves y que el planeta
podría persistir por mucho tiempo en las actuales condiciones. Este comportamiento evasivo nos
sirve para seguir con nuestros estilos de vida, de producción y de consumo. Es el modo como el
ser humano se las arregla para alimentar todos los vicios autodestructivos: intentando no verlos,
luchando para no reconocerlos, postergando las decisiones importantes, actuando como si nada
ocurriera.
VII. Diversidad de opiniones
60. Finalmente, reconozcamos que se han desarrollado diversas visiones y líneas de
pensamiento acerca de la situación y de las posibles soluciones. En un extremo, algunos
sostienen a toda costa el mito del progreso y afirman que los problemas ecológicos se resolverán
simplemente con nuevas aplicaciones técnicas, sin consideraciones éticas ni cambios de fondo.
En el otro extremo, otros entienden que el ser humano, con cualquiera de sus intervenciones, sólo
puede ser una amenaza y perjudicar al ecosistema mundial, por lo cual conviene reducir su
presencia en el planeta e impedirle todo tipo de intervención. Entre estos extremos, la reflexión
debería identificar posibles escenarios futuros, porque no hay un solo camino de solución. Esto
daría lugar a diversos aportes que podrían entrar en diálogo hacia respuestas integrales.
61. Sobre muchas cuestiones concretas la Iglesia no tiene por qué proponer una palabra definitiva
y entiende que debe escuchar y promover el debate honesto entre los científicos, respetando la
diversidad de opiniones. Pero basta mirar la realidad con sinceridad para ver que hay un gran
deterioro de nuestra casa común. La esperanza nos invita a reconocer que siempre hay una
salida, que siempre podemos reorientar el rumbo, que siempre podemos hacer algo para resolver
los problemas. Sin embargo, parecen advertirse síntomas de un punto de quiebre, a causa de la
gran velocidad de los cambios y de la degradación, que se manifiestan tanto en catástrofes