Cabezón alcahuete
En nuestra querida Argentina se ha sumado un nuevo bufón al concurso Buscando un Bolsonaro Argentino, que tiene varios organizadores: la Embajada Norteamericana y el poder real trasnacional, más sus aliados locales de variado pelaje: los medios hegemónicos, la oligarquía y otros parásitos más -de alto porte- que desde sus autos de alta gama transitaban despacio y vociferando su odio en la Plaza de la República, alrededor del Obelisco, el 17A próximo pasado. No juntaron más de diez mil odiadores, pero la amplificación mediática todo lo tergiversa y magnifica: hablaban de multitud con la naturalidad de los ignorartes o, mejor dicho, de los atorrantes.
Son ellos. De a poco van dejando caer sus tapabocas para que volvamos a reconocerlos. Son los mismos que trazaron, plantearon, hicieron, sostuvieron y añoran todos y cada uno de los 14 Golpes de Estado que sufrió nuestra República. Son los mismos que dividieron al radicalismo yrigoyenista porque vino a sumar derechos; son los mismos que bombarderon Plaza de Mayo en el ’55, porque el peronismo era imparable.
Son los mismos que nos señaló el gran José Hernández en su épico poema Martín Fierro, cuando con aserto proponía “los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera”. Son profesionales en eso de buscar dividirnos para endeudarnos y empobrecernos.
Ilustra: Nicolás Loüet
Hay una especie de podio al que quieren trepar a como dé lugar los Horacio Rodríguez Larreta, las Patricia Bullrich, los Alfredo Cornejo y muchos que se dicen peronistas, aunque atenten y desestabilicen un gobierno como el de Alberto y Cristina, que claramente lo es.
Ahí aparece el Cabezón alcahuete, con ese discurso que es la nada misma porque si bien no se le reconocen dotes ni de orador ni de chamuyero de barrio, se fue desnaturalizando a medida que lo ganaban la mafia y otros negocios. Hace rato que se alejó del pueblo que supo emcumbrarlo varias veces con su voto. Primero fue Concejal y luego Intendente de Lomas de Zamora; después Gobernador de la Provincia de Buenos Aires; llegó a Vicepresidente en la fórmula que encabezaba Menem y luego cumplió funciones de Presidente Interino.
Frente a Novaresio, ese hombre también dejó caer su tapabocas y vemos que detrás aparecen las corporaciones, el poder financiero y los restos de un capitalismo decadente en el que ya ni siquiera creen los que siguen proponiéndolo. Hace muuuchos años que conocemos bien qué tipo de orden económico postula, tan alejado de las grandes mayorías como cercano al calorcito de los palacios de quienes suman poder, recursos y dinero.
Buscando un Bolsonaro Argentino, la gran apuesta de quienes pretenden sumirnos nuevamente en el hambre de la pobreza cero y de las devaluaciones que mintieron- no llevarían adelante. Pero quieren más sangre que la derramada a lo largo de todas y cada una de las 14 dictaduras que mencioné más arriba. Más sangre y menos derechos, para que el “costo laboral” se reduzca a su mínima expresión y entonces todos, sí o sí, terminemos como burros de carga del Poderoso Caballero Don Dinero.
Me dio tanta vergüenza ajena cuando lo veía balbucear frente al “periodista” que lejos de espantarse y repreguntar con fiereza, prefería hacer la tarea del sparring condescendiente. Me dio tanta impotencia que preferí llamarlo como le diríamos en el potrero al que acusa a sus amigos por romper el vidrio con la pelota. Allí le diríamos Cabezón alcahuete.
Por último, me refugio en el deseo que en el zócalo de la Patria aniden dos palabras que suenan muy fuertes y claras a pesar del tiempo que nos separa de aquellas tragedias que menciona por oposición: NUNCA MÁS.
Marcelo Sapunar
25 de agosto de 2020



Excelente Marcelo. Lúcido como siempre…!!!
Comparto plenamente lo dicho respecto del «cabezón alcahuete». Cuánto daño hace al país y al pueblo ese tipo de operadores.