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        naturales. Conocemos bien la imposibilidad de sostener el actual nivel de consumo de los países
        más desarrollados y de los sectores más ricos de las sociedades, donde el hábito de gastar y tirar
        alcanza niveles inauditos. Ya se han rebasado ciertos límites máximos de explotación del planeta,

        sin que hayamos resuelto el problema de la pobreza.


        28. El agua potable y limpia representa una cuestión de primera importancia, porque es

        indispensable para la vida humana y para sustentar los ecosistemas terrestres y acuáticos. Las
        fuentes de agua dulce abastecen a sectores sanitarios, agropecuarios e industriales. La provisión
        de agua permaneció relativamente constante durante mucho tiempo, pero ahora en muchos

        lugares la demanda supera a la oferta sostenible, con graves consecuencias a corto y largo
        término. Grandes ciudades que dependen de un importante nivel de almacenamiento de agua,
        sufren períodos de disminución del recurso, que en los momentos críticos no se administra

        siempre con una adecuada gobernanza y con imparcialidad. La pobreza del agua social se da
        especialmente en África, donde grandes sectores de la población no acceden al agua potable
        segura, o padecen sequías que dificultan la producción de alimentos. En algunos países hay

        regiones con abundante agua y al mismo tiempo otras que padecen grave escasez.


        29. Un problema particularmente serio es el de la calidad del agua disponible para los pobres, que

        provoca muchas muertes todos los días. Entre los pobres son frecuentes enfermedades
        relacionadas con el agua, incluidas las causadas por microorganismos y por sustancias químicas.
        La diarrea y el cólera, que se relacionan con servicios higiénicos y provisión de agua

        inadecuados, son un factor significativo de sufrimiento y de mortalidad infantil. Las aguas
        subterráneas en muchos lugares están amenazadas por la contaminación que producen algunas
        actividades extractivas, agrícolas e industriales, sobre todo en países donde no hay una

        reglamentación y controles suficientes. No pensemos solamente en los vertidos de las fábricas.
        Los detergentes y productos químicos que utiliza la población en muchos lugares del mundo
        siguen derramándose en ríos, lagos y mares.



        30. Mientras se deteriora constantemente la calidad del agua disponible, en algunos lugares
        avanza la tendencia a privatizar este recurso escaso, convertido en mercancía que se regula por

        las leyes del mercado. En realidad, el acceso al agua potable y segura es un derecho humano
        básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto
        es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos. Este mundo tiene una grave

        deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el
        derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable. Esa deuda se salda en parte con más
        aportes económicos para proveer de agua limpia y saneamiento a los pueblos más pobres. Pero

        se advierte un derroche de agua no sólo en países desarrollados, sino también en aquellos
        menos desarrollados que poseen grandes reservas. Esto muestra que el problema del agua es en
        parte una cuestión educativa y cultural, porque no hay conciencia de la gravedad de estas

        conductas en un contexto de gran inequidad.
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