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de la población mundial vive junto al mar o muy cerca de él, y la mayor parte de las
megaciudades están situadas en zonas costeras.
25. El cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales,
económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la
humanidad. Los peores impactos probablemente recaerán en las próximas décadas sobre los
países en desarrollo. Muchos pobres viven en lugares particularmente afectados por fenómenos
relacionados con el calentamiento, y sus medios de subsistencia dependen fuertemente de las
reservas naturales y de los servicios ecosistémicos, como la agricultura, la pesca y los recursos
forestales. No tienen otras actividades financieras y otros recursos que les permitan adaptarse a
los impactos climáticos o hacer frente a situaciones catastróficas, y poseen poco acceso a
servicios sociales y a protección. Por ejemplo, los cambios del clima originan migraciones de
animales y vegetales que no siempre pueden adaptarse, y esto a su vez afecta los recursos
productivos de los más pobres, quienes también se ven obligados a migrar con gran
incertidumbre por el futuro de sus vidas y de sus hijos. Es trágico el aumento de los migrantes
huyendo de la miseria empeorada por la degradación ambiental, que no son reconocidos como
refugiados en las convenciones internacionales y llevan el peso de sus vidas abandonadas sin
protección normativa alguna. Lamentablemente, hay una general indiferencia ante estas
tragedias, que suceden ahora mismo en distintas partes del mundo. La falta de reacciones ante
estos dramas de nuestros hermanos y hermanas es un signo de la pérdida de aquel sentido de
responsabilidad por nuestros semejantes sobre el cual se funda toda sociedad civil.
26. Muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico o político parecen
concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de
reducir algunos impactos negativos del cambio climático. Pero muchos síntomas indican que esos
efectos podrán ser cada vez peores si continuamos con los actuales modelos de producción y de
consumo. Por eso se ha vuelto urgente e imperioso el desarrollo de políticas para que en los
próximos años la emisión de dióxido de carbono y de otros gases altamente contaminantes sea
reducida drásticamente, por ejemplo, reemplazando la utilización de combustibles fósiles y
desarrollando fuentes de energía renovable. En el mundo hay un nivel exiguo de acceso a
energías limpias y renovables. Todavía es necesario desarrollar tecnologías adecuadas de
acumulación. Sin embargo, en algunos países se han dado avances que comienzan a ser
significativos, aunque estén lejos de lograr una proporción importante. También ha habido
algunas inversiones en formas de producción y de transporte que consumen menos energía y
requieren menos cantidad de materia prima, así como en formas de construcción o de
saneamiento de edificios para mejorar su eficiencia energética. Pero estas buenas prácticas están
lejos de generalizarse.
II. La cuestión del agua
27. Otros indicadores de la situación actual tienen que ver con el agotamiento de los recursos